Pese al esfuerzo focal y consciente
en la erosión de los compartimentos,
tras decidirse el diluir los patrones
que determinan el temperamento,
las muescas regeneran insistentes,
restauran condición de las visceras:
atrofia notoria de entendimiento,
inconscientes reacciones alérgenas.
Entornos pétreos provocan fracturas
en causas, estímulos y motivos,
si bien el cuerpo opera indiferente,
sus partes ignorando el organismo.
Las disrupciones quiebran intenciones,
las partes interesadas padecen.
Tras un tiempo se integran al archivo,
en contraste, la culpa permanece.